Estic fart...



De las banderas. De la rojigüalda, de la estelada, de la senyera, la tricolor, la del pollo. En la cocina es mucho más limpio poner hule. Son pequeñas para resguardarse del sol que entra por la ventana. No te tapan en invierno y no te secan cuando sales de la ducha. El único uso posible que les veo es el de esconder mierda debajo, o billetes de 500€, o asientos de contabilidad B, o libretas de bancos andorranos.

De los repartidores de carnets, que deciden quien es demócrata y quien no lo es, en función de si piensan o no como ellos. De los que utilizan el lenguaje con una alegría absoluta para calificar de fascistas a todos los que no comulguen. De los que imponen la adhesión inquebrantable como único camino.

De los que construyen el sistema a unas reglas inamovibles para todos. Excepto para ellos, que pueden interpretarlas, utilizar argucias y trapicheos para pasárselas por la puerta de Alcalá, o el Arc de Triomf. Excepto para ellos, que pueden incumplirlas, o, en última instancia, si conviene, cambiarlas. Construyen constituciones, estatuts o leyes orgánicas a medida, y ni siquiera son capaces de respetarlas.

De la gente que solo ve la paja en el ojo ajeno. De los dechados de virtudes rodeados de enemigos. De los que no reconocerían que llueve aunque se empaparan por la calle. De los que opinan que la libertad de expresión es lo que ellos dicen, y lo demás, insulto, calumnia, vejación y enaltecimiento.

De las propuestas de negociación sin voluntad de ceder un milímetro. Del “te haré una propuesta que no podrás aceptar nunca, y así quedarás como un intolerante a ojos de mi rebaño”. Del “¿lo veís? ¡Son ellos los que no quieren pactar!”.

Del borreguismo, de la soflama estúpida, del argumento pueril. Del “Espanya ens roba” del “hay que españolizar a los niños catalanes”. Del “Andalucía vive a nuestra costa”. Del “los catalanes lo quieren todo para ellos”. De la hispanofobia, de la catalanofobia, de la fobia, del boicot.

De este estado/pais/confederación/nación/comosellame. De esta especie de club del que no puedo borrarme.

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